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30 marzo, 2020 Traducción de un texto sobre sostenibilidad y medio ambiente
30 marzo, 2020 Traducción de un texto sobre sostenibilidad y medio ambiente

Cuando se trata de sostenibilidad, no somos sino conductores distraídos

Traducción al Español de un artículo de Richard Heinberg criticando la escasa responsabilidad de los seres humanos, a quienes compara con conductores distraidos.

automocionsostenibilidadTraducción Español

Traducción a Español del artículo «When it comes to sustainability, we’re a society of distracted drivers», escrito por Richard Heinberg y publicado originalmente en Inglés en: www.postcarbon.org

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Conducir es peligroso. De hecho, es la actividad más arriesgada que la mayoría de nosotros realizamos rutinariamente. Requiere toda nuestra atención, e incluso entonces, las cosas a veces pueden ir muy mal. Los frenos fallan, el clima congela los caminos, un conductor en el carril contrario se duerme y ocurre la tragedia. Pero, si estamos dormidos al volante, las probabilidades de que ocurra una calamidad se disparan. Por eso se desaconseja legalmente la conducción distraída: nada de teléfonos móviles, nada de leer periódicos o libros, nada de líos con el copiloto. Si te atrapan, te puedes llevar una multa considerable.

Si crees que ahora viene una metáfora, tienes razón. Todos los seres humanos estamos, en efecto, conduciendo este planeta. Somos en gran medida responsables de que continúe más o menos como ahora dentro de unos pocos miles (tal vez unos pocos millones) de años, o que se incline rápidamente hacia una condición que puede no soportar la vida humana, ni permitir la supervivencia de miríadas de otras criaturas. Pero no estamos prestando atención a la carretera que tenemos delante. En cambio, estamos distraídos.

Nuestras distracciones personales son a menudo convincentes. La mayoría de nosotros necesitamos ganarnos la vida, nos gusta hacer tiempo para la familia y los amigos y disfrutamos de una amplia gama de opciones de entretenimiento.

Nuestras distracciones colectivas parecen igual de importantes. Queremos que la economía crezca para que haya más empleos y mayor rendimiento de las inversiones. Queremos que nuestros líderes eviten los actos de terrorismo, y si hay conflictos militares queremos que ganen los nuestros. Tenemos héroes políticos y villanos, y gastamos tiempo y dinero animando a nuestros respectivos «equipos».

La cosa es que, si nos desviamos colectivamente de la carretera y estrellamos el planeta, nada de eso importará. El mensaje de texto que recibimos mientras estamos al volante puede ser muy interesante, pero no vale la pena arriesgar la vida y la integridad física para leerlo. Del mismo modo, la economía, el entretenimiento, el trabajo, los deportes y la política son todos focos de atención aceptables, siempre y cuando primero nos aseguremos de que la velocidad y la dirección de la sociedad sean seguras.

De hecho, algunas personas están prestando atención al camino que tenemos por delante. Los ecologistas, los científicos expertos en el clima y los analistas de la dinámica de los sistemas han estado vigilando la dirección de la sociedad durante algunas décadas y han emitido advertencias cada vez más graves (dos de las más recientes: la Advertencia de los científicos y el último Informe sobre el clima del IPCC). ¿Qué nos espera si no cambiamos de dirección? Mareas en ascenso. Un clima loco, incluyendo unas peores tormentas, sequías e inundaciones. Extinciones masivas de especies, amenazas a la agricultura, la ruina económica. En resumen, un choque a alta velocidad. Aun así, los llamamientos urgentes de los expertos para el cambio están siendo ignorados en gran medida.

Si realmente estuviéramos prestando atención, ¿qué cambiaríamos? Haríamos de la sostenibilidad —de la verdadera sostenibilidad, y no solo de los gestos ecologistas— nuestra primera prioridad. Conservar y reutilizar los recursos no renovables. Utilizar los recursos renovables solo hasta su tasa de crecimiento. Proteger los sistemas naturales de la contaminación. Conservar la biodiversidad. Apuntaríamos a una verdadera economía circular y regenerativa. Si resultara que la economía es demasiado grande para funcionar dentro de esas pautas, la reduciríamos (tomándonos un tiempo para identificar las formas que causen el menor daño y creen el mayor beneficio, y asegurándonos de que los que menos han ganado con nuestra bonanza de crecimiento de siglos de duración obtengan una parte equitativa de nuestro reducido presupuesto). Y si la población humana fuera demasiado grande, también la reduciríamos (de nuevo, tomándonos el tiempo necesario para minimizar los males y maximizar los bienes).

Sí, todo esto tendría implicaciones personales. Pensaríamos en los niveles de población al decidir si nos reproducimos. Rechazaríamos cualquier opción de trayectoria que socave las posibilidades de supervivencia de las generaciones futuras. Nos abstendríamos de invertir en la economía extractiva. Pensaríamos en todas nuestras elecciones diarias —transporte, comida, ropa, vivienda— en términos de impacto ambiental.

¿Qué tiene eso de difícil? En realidad, el aspecto más difícil de este cambio es la decisión inicial de hacerlo. Y una vez tomada esa decisión, muchas mejoras en la vida diaria probablemente acompañarán cualquier sacrificio que tengamos que hacer. Por ejemplo, imagina cómo una economía más consciente permitiría a la gente seguir su vocación en lugar de limitarse a buscar trabajo. O considera cómo llevar una vida menos ocupada te permitiría pasar más tiempo con tus seres queridos. Podríamos poner la salud y la felicidad en una trayectoria ascendente, en lugar del consumo de bienes de consumo desechables.

En lugar de compartir las distracciones que ahora captan la atención de otros conductores, cada uno de nosotros debe volver a entrenarse para prestar atención al volante y al camino que tenemos por delante. Abandonar los viejos hábitos y crear otros nuevos requiere un esfuerzo, pero algunos hábitos son tan imprudentes que cambiarlos es cuestión de vida o muerte.

¿Son nuestras distracciones tan importantes que preferimos arriesgarlo todo antes que fijarnos en lo que realmente importa?

Originalmente publicado en Common Dreams

Foto: persona que usa el móvil mientras conduce. (2007). Por Ed Brown como Edbrown05. A través de Wikimedia Commons 

Este trabajo está licenciado bajo una licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0

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[Nota del Traductor]

Traducción a Español

Esta traducción a Español ha sido realizada por Jaime de Luca, licenciado en Geografía y estudiante de traducción. Jaime está realizando actualmente un módulo de Traducción de Noticias en la escuela, y está especialmente interesado en la traducción de textos sobre sostenibilidad y medio ambiente. Esta traducción ha sido realizada de forma totalmente gratuita. Si detectara algún error, le agradeceremos nos lo comunique. Gracias por leernos!

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